Solo como referencia histórica comentaré que en los primeros meses de la administración del fenecido alcalde Alvarado Alayo, señalábamos claramente en esa ocasión lo que ya se avecinaba por parte de su gobierno, una serie de acciones que evidenciaban su desprecio por posiciones que surgían de la sociedad civil, en lugar de buscar consensos y establecer un diálogo se sumió en una guerra absurda alimentada por sus “consejeros” que devino en lo que todos ya sabemos, en una de las peores administraciones del municipio paiteño, por eso es válido afirmar que ni la entrante ni las futuras administraciones pueden ni deben caer en ese atascamiento del cual ya fuimos víctimas para el pesar de todos los paiteños.
El entrante alcalde electo creemos, que debe y tiene que tener el espacio y la capacidad de maniobra suficiente, para asumir con responsabilidad el enorme reto que será tomar las riendas de la municipalidad, todos sabemos que no será tarea fácil, conociendo lo desastroso que fue su manejo por las administraciones que le precedieron. En recientes declaraciones ha manifestado de manera categórica con un no a la pregunta de la prensa local sobre si habrá borrón y cuenta nueva —eufemismo para perdonar las malas prácticas y/o delitos anteriores—, no era para menos, ya hizo un deslinde de manera pública, confiemos en que tendrá el juicio suficiente —así pareciera— en no repetir las taras de sus predecesores, consideramos que tiene la suficiente capacidad, confiemos en su buen tino y que mantenga a raya los manejos solapados, que no favorezca la viveza por encima de la legalidad, del “tarjetazo“, del tráfico de influencias y amiguismo. Él está al tanto de todo esto y el ingenio y buen juicio deberá ser su mejor aliado ante las dificultades por venir.
El señor Cuadros ha sido testigo de excepción de todos los acontecimientos políticos acaecidos recientemente en nuestra provincia, conoce además el repudio que provocan en la población los malos manejos y triquiñuelas que van de la mano con la corrupción. Ha manifestado que quiere hacer una buena gestión y eso es una declaración que solamente será sustentada de forma meridiana con la buena gobernanza y probidad en su próxima gestión.
Sería agotador en estos momentos darnos a la tarea de recrear nuevamente las múltiples razones —hartas conocidas— que devinieron en el estado actual de descalabro municipal, crisis que ojalá se vaya diluyendo con los nuevos aires que traerá la administración entrante.
Lo que nos deja esta fallida administración de Acción Popular es el convencimiento que parte de la problemática que nos aquejó por casi 4 largos años, es resultado de políticas electorales impulsadas por el mismo estado, las cuales en mi opinión personal han provocado una distorsión en el método de acceso a puestos de representación, sumado a eso un estado descentralizado en papeles, pero elefantiásico en efectividad y productividad, algunos de estos actores que tienen a cargo la ejecución de estas directrices muchas veces dejan de lado las políticas reales, para dar paso a sus devaneos entre la legalidad aparente y sus fueros particulares.
Capítulo aparte es no olvidarse de la mediocridad de muchos de los regidores del “oficialismo” saliente. De los “shakiros” y de los “chicheñol” mucha responsabilidad por su escaso desempeño y por solo fungir como escuderos de su jefe.
Creemos y algunos compartirán esta opinión en el sentido que una vez más y esta vez de manera muy acentuada, ha quedado en evidencia la debilidad del sistema político que nos rige, que, en lugar de unirnos, nos segrega, nos separa. El estado peruano pensamos que con la mejor de las intenciones concede atribuciones a las diferentes regiones del país en aras de lograr un manejo acorde y descentralizado; sin embargo, ha producido un monstruo inerte, pasivo, pesado y lento en la mayoría de los casos propiciando a que algunos inescrupulosos se salten las reglas legales en busca de una riqueza mal habida, estos resultados comprobados a lo largo y ancho del país no responde ni corresponde a las necesidades del pueblo peruano en general y a las de nuestra provincia en lo particular.
La primera línea de esa fachada del estado son las autoridades locales, las provinciales, esa primera línea que tiene un mandato de representatividad popular, muchas veces despojado de su verdadero espíritu, esa primera línea que debe ser el paso fronterizo entre la informalidad y lo legal, entre el orden y el caos, entre la imposición y la democracia, entre la pasividad y el liderazgo, en casi todos estos renglones nuestra provincia en particular ha sufrido un costoso déficit, hoy por hoy muy difícil de superar.
NO PODEMOS PREDECIR NUESTRO DESTINO, NI FUTURO, NI DESARROLLO SI SEGUIMOS ACTUANDO COMO LA MARMOTA, HACIENDO LO MISMO, GESTIÓN TRAS GESTIÓN.
La responsabilidad de esta debacle se le debe atribuir a dos actores principales, al estado por haber designado tácticas erróneas desde la comodidad de un estudio en la siempre mastodóntica Lima, y no aplicar una reforma política que resuelva de manera simple y pragmática este pantano electoral, el otro corresponde sin duda a los movimientos políticos que no han tenido claridad ni la apertura democrática suficiente para coincidir e impulsar cambios que nos pongan por primera vez en el sendero correcto del desarrollo, encontrando justamente lineamientos precisos y acorde a nuestra realidad.
EL LIDERAZGO ES LA CAPACIDAD DE TENER UNA VISIÓN ILUSIONANTE DEL FUTURO, SER CAPAZ DE PROPONERLA A LOS DEMÁS Y QUE LES ENTUSIASME LO SUFICIENTE COMO PARA QUE TOMEN ALGUNA ACCIÓN AL RESPECTO. EN ESTE SENTIDO, EL LIDERAZGO POLÍTICO SERÍA LA CAPACIDAD DE IMAGINAR UNA PROPUESTA ILUSIONANTE PARA LA SOCIEDAD Y SER CAPAZ DE QUE LOS DEMÁS ACTÚEN DE ACUERDO A ESA VISIÓN.
SERGIO FERNÁNDEZ
Nuestra provincia no es ajena a esta problemática, lo he comentado hasta el hartazgo, tiene más liderazgo la asociación de emolienteros que las autoridades políticas en general. Hoy parte del liderazgo ha sido tomada en muchos casos por la sociedad civil, pero hay que señalar que si bien no todos, muchos de los aguerridos líderes de las pasadas campañas electorales se apaciguan en el periodo postelectoral y silenciosamente se desconectan de su condición y se retiran a sus cuarteles de invierno a esperar otra oportunidad.
La improvisación, y la política mal llevada, no se debe permitir menos en un estado como el actual, conocemos de la suma de esfuerzos por parte de muchos ciudadanos, que, de manera silente, coinciden o discuten sobre ideas con el afán superior de encontrar soluciones a la problemática permanente del atraso, cada uno en su labor, en su pensamiento, en su experiencia han encontrado sinergias propicias, sin mezquindades, sin partidismo, con el fin único de ver progresar a nuestra comunidad.
En el 2021 Piura fue el segundo departamento con mayores montos no ejecutados.
Del gobierno regional saliente nunca obtuvimos de lo que no es capaz de dar ni tiene: liderazgo (con solo un 16,2 % de ejecución en el primer semestre), pero es obligación impostergable de nuestro gobierno local, exigir, sin dudas, sin miramientos, lo que nos corresponde, despojarnos de las actitudes tibias y melindrosas, la vida y bienestar de los paiteños está en una constante zozobra y no se debe ni por asomo ser dubitativos en este momento tan álgido que vivimos.
Nuestra provincia merece un trato respetuoso, Paita procura ingentes cantidades de recursos al estado, pero esa relación siempre ha sido asimétrica, damos más de lo que recibimos, por consiguiente, nos devuelven miserias y tras palos cuernos, una deficiente ejecución de proyectos, nuestros servicios básicos están en tal estado de precariedad que evidencian una vez más la ineficacia del estado en todos sus estamentos para con nuestra provincia, estos reclamos aplican a servicios públicos básicos, es decir agua, electricidad, vivienda, educación, trabajo etc.
No repitamos como en el día de la marmota las mismas medidas ineficientes, ni las actitudes equivocadas, en política se vale equivocarse una vez, lo que no es de recibo es tropezarse con la misma piedra sin descanso una y otra vez.
De la actitud proactiva y liderazgo de nuestros gobernantes depende en buena medida un promisorio porvenir. Puede sonar trillado, pero es una verdad de Perogrullo, si le va bien a esta administración nos va bien a todos los paiteños. Solo cabe desearle un auspicioso desempeño al nuevo alcalde y a su equipo de trabajo.
Conocemos del talante democrático del alcalde electo, pero que eso no sea óbice para recordarle a los paiteños ejercer a plenitud sus derechos, pero a la vez asumir sin medias tintas sus deberes.
QUE NUNCA NADIE TE OPRIMA NI CALLE TU VOZ. INCÓMODOS, PERO NUNCA MUDOS
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