Para la diáspora paiteña no es nada inusual que el peruano de mentalidad estrecha haga escarnio de manera gratuita de su condición de casi extranjeros en su propio país, y de aquellos que por una u otra razón se encuentran en condición de migrantes en el Perú, las diásporas ese conjunto de nacionales que fuera de su propio territorio por una u otra condición se alejan buscando mejores condiciones de vida, o practican un autoexilio de índole política.
Históricamente, hemos conocido de diferentes grupos que llegaron al Perú en diferentes periodos de tiempo, inclusive desde antes del inicio de nuestra época republicana, la inserción forzada de nativos africano como esclavos, seguidamente en el gobierno de Ramón Castilla hubo un fuerte traslado de coolies chinos que tras la abolición de la esclavitud en 1854 vinieron como reemplazo de mano de obra barata, posteriormente y a finales del siglo XIX se da la primera oleada de migrantes japoneses con la llegada del barco Sakura Maru con los primeros 790 japoneses en busca de trabajo en las haciendas azucareras de la costa peruana, alternativamente hubo esfuerzos por incorporar migrantes italianos, irlandeses, alemanes etc. Estos esfuerzos no siempre fueron exitosos.

En pleno siglo XXI y por cuestiones sobre todo económicas y políticas se registra un flujo de población venezolana hacia diferentes regiones de Latinoamérica, incluido el Perú, en nuestro caso esta migración se hace de manera poco o nada ordenada, permitiendo el ingreso de venezolanos a nuestro país escapando repito de la debacle económica de su país de origen.
La convivencia no ha sido fácil ni para uno ni para el otro, porque el lugareño menos informado resiente en su propio análisis de pérdida de puestos de trabajo, la delincuencia, muchos extranjeros vinieron a suplir la escasez de mano de obra en el ámbito de la pesca en las zonas costeras, en el área de servicios, el gran grueso de ellos en subempleos y no menos relevante en porcentaje considerable ha llegado hasta la mendicidad para subsistir.
No es nada inusual ver el reclamo de peruanos por puestos de trabajo que ellos menosprecian o no están dispuestos a cubrir. No excluimos de este breve análisis la presencia de grupos delictivos y que con amplia razón deben ser extirpados de nuestro entorno, siempre en un grupo poblacional tan amplio existirá elementos nocivos.
La otra diáspora es el migrante peruano, que según algunos iluminados locales no tienen los mismos derechos ni las mismas prerrogativas que el que radica dentro del país, esta estrechez analítica la vemos plasmada a menudo en redes sociales, como si el mundo de hoy fuera limitado por sus propias fronteras mentales, acaso no les suena esta conocida frase como: “usted no opine si no vive en el país” o “pero es fácil vivir en tierra ajena” como si al salir del país uno se despojara de su nacionalidad y junto a ella sus derechos.
¡Vaya monumento a la falacia e ignorancia!
En nuestro propio entorno existe una diáspora paiteña, provinciana si se quiere y se puede aplicar a otras experiencias dentro del país, si en efecto, es la misma que germina y se reproduce justamente por el modelo tan aplaudido de desarrollo que han venido propugnando los mismos de siempre, ese modelo que empuja al estudiante a salir y buscar fuera de sus límites provinciales, el espacio para desarrollarse, estos se mueven a Piura, a Trujillo, a Lima etc.
¿Cuántos paiteños y peruanos viven en USA, Japón, España y otros países?
Chile: 1,000,000
Japón: 48,598
España: 244,827
Alemania: 100,000
Italia:90,000
Francia: 50,000
USA: 684,345
¿Pierden sus derechos por estar fuera de su país, vale menos su capacidad de debate o discrepancia? ¡Por supuesto que no!
Así como ellos muchas familias buscan mejores espacios y calidad de vida, educación para sus hijos, todo es una elección natural y no debe ser minimizada ni satanizada por aquellos que, como la fábula de la zorra, que alegan que la vid está verde cuando no la alcanzan, siguen viviendo por elección o por destino fatal dentro de las fronteras de Paita.
¿Tenemos idea de cuantos paiteños, exitosos profesionales, desarrollan sus labores fuera? Son muchos que a lo largo y ancho del país y en el extranjero han encontrado el lugar idóneo para desarrollarse y progresar.
¿Deben ser excluidos o minimizados por sus expresiones políticas u opiniones sobre el desarrollo de su comunidad de origen? Pareciera que los que poco saben o basándose en sus escasas argumentaciones apelan a este caballito de batalla para denostar o descalificar a quienes desde otras latitudes insistimos sobre políticas locales o nacionales, muchos de ellos son los que con el facilismo de costumbre arremeten con ese argumento deleznable. Los hay en todas las tiendas políticas y son arropados mayormente por la ignorancia y escasa capacidad argumentativa.

Aquellos que pretenden descalificarlo a uno por sus posiciones políticas, por el contrario, endosan y alaban abiertamente las expresiones de Vargas Llosa que vive hace muchos años en España, justamente por favorecer a sus preferencias políticas, así son ciudadanos con un conveniente doble rasero.
Curiosamente, estos descalificadores son los personajes pasivos que se indignan cuando ven posiciones que afectan su consabido conformismo, son aquellos que usan como escudo la trillada frase ¿Qué has hecho por Paita (o por el país) si has vivido afuera?, siempre les respondo ¿Y tú que has hecho por Paita (o por el país) viviendo aquí mismo?
Casi los visualizamos mentalmente, son los mismos que pululan las plazuelas y ven pasar una marcha defendiendo sus propios derechos y conquistas laborales no obstante se mofan, critican y mascullan, son los mismos que van a votar por aquellos personajes que les quitaron sus derechos laborales, el mismo sistema que les instauro las “servis” y aplauden a aquel que les espeta sin vergüenza alguna que 930 soles es más que suficiente, el mismo sistema que no les brindo ni hospitales ni escuelas, ni fuentes de trabajo, el mismo que los oprime y sin derecho a reclamo, y tras palos cuernos, bajo su premisa de salvadores de la democracia hay que escogerlos nuevamente.
Todo ciudadano tiene el derecho inalienable de expresarse y escoger su opción política, la defensa de la democracia se hace desde su propia comunidad o allende a esta, exigiendo transparencia, manejo honesto del erario público, exigiendo políticas de mejora de calidad de vida, de educación, de convivencia, culturales y sociales, no cada 5 años defendiendo un modelo que minimiza al ciudadano y eleva cada día más al político local como un semidiós sin ningún tipo de rendición de cuentas. Los mismos de siempre se desgañitan hablando de defender la democracia, pero dejan que los ladrones, vividores y saqueadores hartos conocidos hagan refugio en tu municipalidad local.
Se les ruega un poco de coherencia, estimados, detractores.
Nunca ha sido más apropiado el dicho popular “Sarna con gusto no pica” pues pareciera que a algunos les encanta vivir en ese prurito rascándose eternamente.
¡Feliz fin de semana a la pujante y trabajadora diáspora peruana!